Andreas Weber

Sostengo que el mayor obstáculo para las inquietantes cuestiones de sostenibilidad (en sí mismo un término muy elástico con significados múltiples y conflictivos) es el hecho de que la ciencia, la sociedad y la política han perdido en los últimos 200 años su interés por comprender lo real, vivido y sentido de la existencia humana. El progreso científico, y todas las explicaciones de los procesos biológicos, mentales y sociales, se basan en los componentes básicos más pequeños posibles de la materia y los sistemas. Avanza a través de análisis que presuponen que la evolución en la naturaleza está guiada por los principios de escasez, competencia y selección del más apto. En términos provocativos, se podría decir que el pensamiento racional es una ideología que se centra en la materia muerta. Sus premisas no tienen forma de comprender la realidad de la experiencia vivida. ¿Debería ser tan sorprendente, entonces, que la supervivencia de la vida en nuestro planeta se haya convertido en el problema más urgente?