María Zambrano
La contemplación es la ley que la belleza lleva consigo.
Y en la contemplación, como se sabe, es indispensable un mínimo de quietud o por lo menos de aquietamiento; un tiempo largo, indefinido que fluye amplia y mansamente. Es el tiempo de la contemplación que da respiro, libertad, libertad. Siempre, aun cuando el objeto contemplado subyugue.